04 diciembre 2009

Hans Bellmer


Su historia no menos interesante que su obra explica en cierta medida el porqué...

1933. La Alemania nazi.

Hans Bellmer decide crear una obra con el objetivo de que al imperio que estaba arrasando con todo no pudiese serles útil. Pero ese no fue su único motivo.

Harto de le evocación a la belleza nazi, quiere denunciar el culto al cuerpo perfecto que en ese periodo estaba fomentándose tanto.

La Muñeca, que es así como se llama su obra más conocida fue creada en este preciso instante, cuando los nazis toman el poder de Alemania.

Una escultura a tamaño real (1.40 m), aludiendo a una chica morena, el prototipo perfecto para ser repudiado por los que eran los perfectos. Cabello largo, desnuda y con calcetines. Cuatro piernas unidas por el torso.

Al III Reich, no le hizo ninguna gracia tachándolo de depravado. Es por eso que huyó a Francia, acogido por los surrealistas, donde reconocían su obra calificándola de impactante para el despotismo y la hipocresía que en esos años circulaba.

Fue capturado y recluido con el estallido de la Segunda Guerra Mundial en el Campo de Les Milles (Provenza) pero por suerte fue liberado.








Raro el tío eh...


Lorens.

2 comentarios:

Christopher Boone dijo...

Sí, un poco raruno sí que es el hombre...

Segunda Guerra Mundial dijo...

Raruno... ¡la madre que lo parió!